Last Updated on iulie 4, 2014
La ciudad medieval de Brașov en Rumanía se encuentra a unas dos horas y media de distancia de Bucarest y, si disponeís de coche, significa una agradable escapada que puede hacerse en un mismo día.
Brașov se encuentra ya en la mítica región de Transilvania y la ciudad se encuentra rodeada de las montañas de los Cárpatos donde apenas la luz del sol es capaz de traspasar sus frondosos bosques. Junto con la cercana Sinaia, Brașov constituye una de las escapadas habituales del país ya sea en la época de invierno gracias a sus instalaciones de esquí como en verano para realizar senderismo y disfrutar de las agradables temperaturas de la zona.
Brașov: la visita
Recorrer las calles del casco viejo de Brașov te ayuda a reconciliarte con el país si te has pasado unos cuantos días merodeando por las calles de Bucarest tragando humo y tus ojos se han acostumbrado a la visual gris de sus colosales edificios de hormigón. Caminar por el casco viejo de Brașov nos acerca a ciudades históricas del corazón de Europacomo Bratislava o en menor medida con Viena.
Gracias a la ubicación de Brașov, las montañas y el verde nos rodean. En esta zona los osos habitan muy cerca de la ciudad y en varias ocasiones el más grande de los ovíparos ha causado desgracias. De hecho, el año pasado un par de turistas fueron atacados y en algunas calles es habitual la presencia del oso en busca de comida entre las basuras. De todas maneras, mientras no os pongáis a realizar senderismo por la noche no debéis preocuparos por la presencia de osos.
La strada Republicii cruza la parte principal de la zona antigua de Brașov. Se trata de una amplia calle repleta de restaurantes, tiendas y terrazas donde compartiréis la jornada con locales y muchos rumanos procedentes de la capital. Las fachadas de las casas ofrecen una delicada arquitectura y sus tonos coloreados alegran el día incluso si tenemos mala suerte con las nubes.
Esta calle principal termina en la plaza Sfatulu, el centro neurálgico de la vieja Brașovdonde los fines de semana encontraréis varias paraditas donde comprar productos artesanales, gastronómicos y buenas muestras de Palinka o cualquier otro recuerdo del país. En varios locales encontraréis buen café para llevar y uno de los mejores pasatiempos es tomárselo en uno de los bancos de la plaza y dedicarse a contemplar a la gente bien ataviada circulando por la plaza en un día de fiesta. (Artículo tomado de la viajablog.com)
Si echáis un vistazo a vuestro alrededor no os costará encontrar un gran cartel al estilo de Hollywood con las letras de la ciudad de Brașov labradas a lo alto de la montaña. Una curiosa y sorprendente copia americana en el corazón de Transilvania.
En la misma plaza Sfatulu se levanta la Casa del Consejo, una antigua edificación del siglo XIV bien remodelada que hoy en día alberga el Museo Histórico de Brașov.
A escasos metros de la plaza se levanta la Iglesia Negra, una de las catedrales góticas más grandes de esta zona al este de Europa. Los inicios de su construcción se remotan al siglo XIV y un incendio a finales del siglo XVII dejó una imborrable y oscura estampa en su fachada y en el nombre que ostenta hoy en día. Para entrar a la iglesia es necesario adquirir un billete y a principios de junio de este año nos salió por 8 lei.